Como ya sabéis, la primera obra con la que nos encontramos en nuestro repaso por la literatura medieval es el Poema de Mïo Cid, un cantar de gesta castellano que narra los hechos más destacados de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, desde que es desterrado de Castilla por el rey hasta que, tras conquistar Valencia, consigue vengar la afrenta que los infantes de Carrión cometen sobre sus hijas y acaba casándolas con hijos de reyes de Aragón y Navarra. Todo esto que ya sabéis lo podéis oír resumido en un vídeo que aquí os dejo:
El poema mezcla elementos históricos con otros novelescos (centrados principalmente en lo que se refiere a la honra privada del héroe: la de su familia y, en concreto, sus hijas). De estos últimos pudimos trabajar un pasaje en clase que os dejo aquí también:
En Valencia, con los suyos, el Cid permaneció,
estaban también sus yernos, los infantes de Carrión.
Un día, en un escaño, dormía el Campeador;
un mal accidente sabed que les ocurrió:
salióse de la jaula, y quedó libre un león.
A todos los presentes, les asaltó gran temor;
se ponen el manto al brazo los del Campeador,
y rodean el escaño protegiendo a su señor.
Fernán Gonzálvez, infante de Carrión,
no halló dónde subirse, ni abierta alguna habitación;
se escondió bajo el escaño: tanto era su pavor.
Diego Gonzálvez por una puerta salió,
diciendo a grandes gritos: “¡Ya no veré más Carrión!”
Tras una viga lagar se metió con gran pavor;
el manto y el brial muy sucios los sacó.
En esto, despertó el que en buena hora nació.
El escaño rodeado de sus guerreros vio.
—“¿Qué ocurre, caballeros, por qué esta alteración?”
—“Sucede, señor honrado, que un susto nos dio el león.”
Hincó el codo mío Cid, tranquilo se levantó;
el manto traía al cuello, y se dirigió al león;
apenas lo vio este, gran vergüenza sintió.
Ante mío Cid, la cabeza bajó y el rostro hincó.
Mío Cid don Rodrigo del cuello lo tomó,
llevándolo de su mano, a la jaula lo volvió.
Todos asombrados quedan al ver a su señor,
y al palacio retornan loando su valor.
Mío Cid por sus yernos preguntó y no los halló;
aunque los llamó a altas voces, ninguno respondió.
Cuando los encontraron, estaban sin color;
nunca hubo tal rechifla como la que allí se armó,
pero ordenó que cesara mío Cid el Campeador.
Muchos tuvieron por deshonrados a los Infantes de Carrión,
se sienten humillados por lo que aconteció.
Recuerda que para realizar el comentario, además de medir los versos y señalar la rima, habías de responder a estas cuestiones:
1. Resume el fragmento y sitúalo dentro de la estructura de la obra.
2. ¿Es novelesco o histórico este episodio?
3. ¿Cómo contrastan los hombres del Cid con los Infantes?
4. Señala las características más importantes de la figura del Cid, a través de su comportamiento.
En breve, colgaré en el blog vuestros mejores comentarios.
Seguidamente, tenéis una serie de enlaces con páginas interesantes:
La Biblioteca Virtual Cervantes ha elaborado una web sobre la obra.
La misma Biblioteca ha elaborado también un aula virtual de la obra.
Por último, aquí teneís también un juego sobre el libro.
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